El aplazamiento del sistema VERI·FACTU hasta el 1 de enero de 2027 para sociedades limitadas y el 1 de julio para autónomos, anunciado a pocos días de su entrada en vigor, ha alterado de manera significativa la planificación de muchas empresas. Este cambio tiene un impacto directo en la seguridad jurídica, en la planificación tecnológica y en los procesos internos de facturación, que ahora deben reajustarse a un nuevo calendario.
En este artículo analizamos, con una mirada clara y profesional, qué implica este aplazamiento y cómo pueden las organizaciones aprovechar este tiempo adicional para reforzar su estructura y prepararse con mayor tranquilidad.
¿Qué implica este aplazamiento en términos de seguridad jurídica?
La proximidad de la fecha prevista de entrada en vigor genera un impacto evidente en la seguridad jurídica. Las empresas esperan que los grandes cambios regulatorios se comuniquen con suficiente antelación y estabilidad para poder:
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planificar inversiones,
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reorganizar procesos,
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y dimensionar correctamente los equipos y las herramientas tecnológicas.
Cuando el calendario se modifica en el tramo final, las organizaciones se ven obligadas a reajustar estrategias y, a menudo, a asumir costes no previstos.
Inversiones ya realizadas: ¿qué ocurre con las empresas que se habían adelantado?
Muchas empresas, fabricantes de software y despachos profesionales habían avanzado trabajo para llegar a 2026 con las adaptaciones completadas. Entre estas actuaciones destacan:
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implantaciones de nuevas plataformas,
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actualizaciones de sistemas de facturación,
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formación interna de equipos,
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y proyectos piloto con pruebas de transmisión de registros.
El aplazamiento no contempla —a día de hoy— ningún mecanismo de reconocimiento o incentivo para quienes han hecho los deberes con antelación. Esto genera incertidumbre sobre el retorno de estas inversiones y obliga a muchas empresas a replantear calendario y prioridades.
¿Puede el aplazamiento ralentizar la digitalización empresarial?
VERI·FACTU forma parte de un proceso más amplio de modernización de la factura y de los registros contables. El retraso puede provocar que algunos sectores vuelvan a posponer la incorporación de tecnologías que mejoran la trazabilidad, reducen errores de gestión, simplifican procesos administrativos y aumentan la eficiencia operativa.
La digitalización no es una tendencia futura, sino una necesidad inmediata para competir en un entorno que evoluciona rápidamente.
La importancia de mantener el impulso a pesar del nuevo calendario
A pesar del aplazamiento, la recomendación para las empresas es clara: no detener los procesos de modernización. Prepararse con tiempo siempre es más eficiente que esperar al último momento.
Continuar invirtiendo en sistemas digitales permite:
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ganar eficiencia antes de que sea obligatorio,
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detectar necesidades reales de mejora,
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evitar cuellos de botella cuando se acerque la nueva fecha límite,
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y convertir la tecnología en una ventaja, no en una urgencia.
El papel de ÀBAC Assessors: tecnología + seguridad operativa + acompañamiento
En ÀBAC Assessors creemos firmemente que la digitalización es un motor de competitividad para el tejido empresarial. Más allá de las exigencias normativas, apostar por procesos modernos y herramientas eficientes es una inversión directa en productividad, seguridad de datos, agilidad en la toma de decisiones y una operativa más excelente y fiable.
Por este motivo seguiremos asesorando y acompañando a las empresas en su transformación digital, impulsando la implantación de tecnologías que aporten valor real y trabajando para que nuestros clientes estén siempre un paso por delante, independientemente del calendario legislativo.
Un ajornament que obre una oportunitat real
El aplazamiento de VERI·FACTU a 2027 introduce retos, pero también ofrece una oportunidad: aprovechar este tiempo adicional para consolidar sistemas, mejorar procesos y reforzar la competitividad empresarial.
En ÀBAC Assessors mantenemos intacto nuestro compromiso: acompañar a las empresas en la modernización y digitalización como un verdadero factor de ventaja competitiva.